Acompañamiento en Duelos y Pérdidas
El tiempo no lo cura todo. Pasar página no es sencillo.
¿Te enfrentas a una pérdida? ¿Estás pasando un duelo?
Es importante que te dejes acompañar y aprendas a vivir de forma plena con esa ausencia. Sí, el duelo es dolor, pero a la vez nos ofrece una oportunidad de crecimiento y de reencuentro con cuestiones esenciales. Puede que ahora no lo creas, pero con el acompañamiento adecuado puedes transformar ese dolor y darle un sentido y valor a la pérdida.
El dolor que produce una pérdida afecta a nuestro estado físico y emocional. Influye en nuestras relaciones con los demás y con nosotros mismos. Trastoca nuestro equilibrio psicológico.
Existen diferentes tipos de pérdidas y duelos, no solo la muerte de un ser querido es motivo para necesitar ayuda para superarlo. Por ejemplo, ¿es tu caso algunos de estos duelos?:
- Separaciones. La pérdida de una pareja conlleva muchas pérdidas: un proyecto de vida, amistades, un círculo social, un estilo de vida.
- Habilidad o capacidad personal. Miedos, bloqueos, ansiedad, una discapacidad sobrevenida puede hacer que sintamos que ya no somos la misma persona.
- Etapas de la vida: vejez, menopausia, jubilación…No subestimemos las consecuencias psicológicas que para muchas personas supone entrar en estos ciclos, aunque sean naturales.
- Pérdidas materiales: objetos significativos, estatus social.
- Pérdidas simbólicas: valores, creencias, percepciones subjetivas.
- Cambios vitales: laborales, lugar de vida, hogar, escuela…
- Muerte de seres vivos como animales de compañía.
- Duelos migratorios ante desplazamientos geográficos. Conllevan un complejo proceso emocional: lo que dejas allí, las expectativas incumplidas, tener que aparentar lo que no somos…
¿Te duele?
¿Te afecta?
¿Sientes que tu mundo se desmorona?
Entonces debes de escuchar ese dolor y afrontarlo.
¿Cómo puedo ayudarte?
Estaré a tu lado para que consigas seguridad, escuchando lo que te ha pasado. Con una intervención empática te ayudaré a:
- Regular los estados emocionales y afectivos desbordantes.
- Trabajar a nivel psicológico y neurológico la recuperación progresiva de tareas o actividades que tenemos asociadas a la pérdida, para reducir el dolor y poder realizarlas sin sufrimiento.
- Desarrollar una nueva narrativa sobre la propia vida que incorpore el impacto de la pérdida.
- Renovar el compromiso con la vida y con los demás, manteniendo un vínculo fructífero con el ser querido fallecido.
- Enseñarte a auto respetarte en el tránsito del dolor.
Y todo esto con mucha compasión, cuidado y suavidad.