La terapia centrada en soluciones (TSC) es un enfoque terapéutico creado por dos trabajadores sociales (Insoo King Berg y Steave de Shazer), de enfoque breve y orientado al futuro que se enfoca en identificar y amplificar las soluciones en lugar de centrarse en los problemas. Utiliza los recursos, fortalezas y capacidades del cliente para co-crear objetivos específicos y alcanzables, promoviendo el cambio positivo de manera rápida y efectiva.
¿Cuáles son las características de la terapia centrada en soluciones?
Es una terapia breve: su duración oscila entre 7 y 10 sesiones.
Se centra en las soluciones al problema, no en el problema mismo. Por tanto, las causas o el pasado son secundarios.
Se acuerdan los objetivos y se focaliza en ellos para no perder la perspectiva.
Es una terapia dialógica. Su metodología se basa en la conversación entre terapeuta y cliente.
El terapeuta acompaña en la búsqueda de las soluciones, pero es la propia persona quien las encuentra.
Enfatiza y analiza los intentos de solución exitosos para reforzar las capacidades de la persona y revisar aquello que funciona.
Las cualidades y competencias de la persona son vistas como potenciales recursos para solucionar el problema.
¿Cómo se trabaja en la terapia centrada en soluciones?
A través de la conversación y preguntas clave, el terapeuta va orientando a la persona a promover pequeños cambios de conducta que le lleven a resolver el problema.
La intervención se centra en lo que el cliente trae “aquí y ahora”, qué le impide alcanzar la situación deseada, y en la toma de conciencia de este proceso.
Mediante las estrategias conversacionales y el desarrollo de una práctica centrada en fortalezas, esta terapia ayuda a que las personas puedan desarrollar la capacidad de toma de decisiones para mejorar su vida sin el problema.